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Imnunomodulación: Inmunosupresión controlada en trasplante de órganos 

  • Ciclosporina: Es un inmunosupresor empleado para reducir la activación de los linfocitos T y B. Se emplea en el caso de trasplante de piel, corazón, riñón, pulmón, páncreas, médula ósea e intestino.  
  • Sirolimús: Inmunosupresor que Inhibe la activación de linfocitos T. Es gradual. Se puede emplear en combinación con la ciclosporina y está dirigido principalmente para trasplante renal, cardiaco o intestinal.  

La determinación exacta de los Inmunosupresores presentes en sangre es importante. En caso de errores, un nivel muy elevado de inmunosupresores debilita innecesariamente la respuesta inmunitaria del paciente frente a enfermedades. Por otro lado, un nivel muy bajo de inmunosupresión podría significar que el órgano trasplantado sufra daños, ocasionando el rechazo del trasplante.

¿Deseas leer más sobre tecnología para diagnósticos? Visita nuestro blog.

  • Tacrolimús: Se trata de un inmunosupresor que limita la activación de los linfocitos T y las citoquinas, las cuales son sustancias producidas por las células inmunitarias que favorecen la respuesta inmunitaria.   
  • Ciclosporina: Es un inmunosupresor empleado para reducir la activación de los linfocitos T y B. Se emplea en el caso de trasplante de piel, corazón, riñón, pulmón, páncreas, médula ósea e intestino.  
  • Sirolimús: Inmunosupresor que Inhibe la activación de linfocitos T. Es gradual. Se puede emplear en combinación con la ciclosporina y está dirigido principalmente para trasplante renal, cardiaco o intestinal.  

La determinación exacta de los Inmunosupresores presentes en sangre es importante. En caso de errores, un nivel muy elevado de inmunosupresores debilita innecesariamente la respuesta inmunitaria del paciente frente a enfermedades. Por otro lado, un nivel muy bajo de inmunosupresión podría significar que el órgano trasplantado sufra daños, ocasionando el rechazo del trasplante.

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Panel de inmunosupresión para trasplante de órganos 

Este conjunto de pruebas tiene como propósito determinar la dosis del fármaco inmunosupresor en el organismo del paciente que permita garantizar la sobrevivencia del injerto. De esta manera, se evitará el exceso o carencia de respuesta inmune en el paciente. 

Los Inmunosupresores que se utilizan actualmente y que se determinan en sangre son los siguientes: 

  • Tacrolimús: Se trata de un inmunosupresor que limita la activación de los linfocitos T y las citoquinas, las cuales son sustancias producidas por las células inmunitarias que favorecen la respuesta inmunitaria.   
  • Ciclosporina: Es un inmunosupresor empleado para reducir la activación de los linfocitos T y B. Se emplea en el caso de trasplante de piel, corazón, riñón, pulmón, páncreas, médula ósea e intestino.  
  • Sirolimús: Inmunosupresor que Inhibe la activación de linfocitos T. Es gradual. Se puede emplear en combinación con la ciclosporina y está dirigido principalmente para trasplante renal, cardiaco o intestinal.  

La determinación exacta de los Inmunosupresores presentes en sangre es importante. En caso de errores, un nivel muy elevado de inmunosupresores debilita innecesariamente la respuesta inmunitaria del paciente frente a enfermedades. Por otro lado, un nivel muy bajo de inmunosupresión podría significar que el órgano trasplantado sufra daños, ocasionando el rechazo del trasplante.

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En azul, los glóbulos blancos (o leucocitos)

Sistema inmunitario ante leucocitos foráneos 

Así como el organismo del paciente receptor cuenta con leucocitos, el injerto cuenta con los leucocitos propios del donante. Estos leucocitos foráneos van a actuar como invasores y poseen una molécula HLA que funciona como antígeno, que estimula la respuesta inmune del huésped. Por lo tanto, en caso de identificar antígenos HLA diferentes, los linfocitos T y B del receptor se activarán y producirán una reacción antígeno anticuerpo.  

La respuesta inmune al injerto puede provocar daño a las células, al tejido, inflamación y necrosis. Esto genera el rechazo agudo el órgano trasplantado y debe ser removido.  

Inmunomodulación para trasplante de órganos 

Para evitar una reacción antígeno anticuerpos que ocasionen incompatibilidad entre el receptor y el órgano trasplantado, en Laboratorio de Histocompatibilidad se realizan estudios de Tipificación del HLA. Gracias a estos análisis, es posible emparejar al donante con los pacientes de mayor semejanza a nivel de HLA. Si deseas saber más sobre este tema, puedes leer nuestro artículo Histocompatibilidad: Pruebas preimplantacionales para trasplantes de órganos.  

Sin embargo, no existe una compatibilidad del 100%, por lo que siempre, en algún grado, el sistema inmune del huésped rechazará al injerto. Para ello se aplica la inmunomodulación.  

La inmunomodulación consiste en inducir al receptor a mantener un estado de inmunosupresión controlada empleando fármacos inmunosupresores.  

La inmunosupresión controlada debe procurar establecer un nivel de respuesta en el receptor que evite el rechazo. Pero a la vez, debe permitir que el sistema inmunitario del paciente responda ante infecciones que puedan afectar su salud y hacerlo susceptible a enfermedades.  

Panel de inmunosupresión para trasplante de órganos 

Este conjunto de pruebas tiene como propósito determinar la dosis del fármaco inmunosupresor en el organismo del paciente que permita garantizar la sobrevivencia del injerto. De esta manera, se evitará el exceso o carencia de respuesta inmune en el paciente. 

Los Inmunosupresores que se utilizan actualmente y que se determinan en sangre son los siguientes: 

  • Tacrolimús: Se trata de un inmunosupresor que limita la activación de los linfocitos T y las citoquinas, las cuales son sustancias producidas por las células inmunitarias que favorecen la respuesta inmunitaria.   
  • Ciclosporina: Es un inmunosupresor empleado para reducir la activación de los linfocitos T y B. Se emplea en el caso de trasplante de piel, corazón, riñón, pulmón, páncreas, médula ósea e intestino.  
  • Sirolimús: Inmunosupresor que Inhibe la activación de linfocitos T. Es gradual. Se puede emplear en combinación con la ciclosporina y está dirigido principalmente para trasplante renal, cardiaco o intestinal.  

La determinación exacta de los Inmunosupresores presentes en sangre es importante. En caso de errores, un nivel muy elevado de inmunosupresores debilita innecesariamente la respuesta inmunitaria del paciente frente a enfermedades. Por otro lado, un nivel muy bajo de inmunosupresión podría significar que el órgano trasplantado sufra daños, ocasionando el rechazo del trasplante.

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La inmunosupresión es un cuadro clínico negativo en la gran mayoría de los casos. Sin embargo, en los trasplantes de órganos la inmunomodulación resulta indispensable para la viabilidad de los injertos. Esto se debe a que, si la respuesta inmune del huésped se encuentra elevada o se exacerba por algún estimulo, el órgano trasplantado corre riesgo de ser rechazado. 

La respuesta inmune se basa en los leucocitos (o glóbulos blancos) presentes en la sangre, los cuales se clasifican en linfocitos, monocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos. De todo ellos, los más relevantes en la respuesta a los trasplantes son los linfocitos, que se dividen en T y B. 

Los neutrófilos, eosinófilos y basófilos son células que participan en la respuesta innata que permanece activa constantemente y protege al organismo de enfermedades comunes. 

Los linfocitos T, también conocidos como células ayudadoras, y los linfocitos B, o células plasmáticas, son células especializadas en la respuesta adquirida. Se activan frente a estímulos, y junto a las células de defensas innatas son responsables de la respuesta inmune. Estos linfocitos T junto con los macrófagos se encargan de procesar los antígenos de los patógenos para producir anticuerpos

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En azul, los glóbulos blancos (o leucocitos)

Sistema inmunitario ante leucocitos foráneos 

Así como el organismo del paciente receptor cuenta con leucocitos, el injerto cuenta con los leucocitos propios del donante. Estos leucocitos foráneos van a actuar como invasores y poseen una molécula HLA que funciona como antígeno, que estimula la respuesta inmune del huésped. Por lo tanto, en caso de identificar antígenos HLA diferentes, los linfocitos T y B del receptor se activarán y producirán una reacción antígeno anticuerpo.  

La respuesta inmune al injerto puede provocar daño a las células, al tejido, inflamación y necrosis. Esto genera el rechazo agudo el órgano trasplantado y debe ser removido.  

Inmunomodulación para trasplante de órganos 

Para evitar una reacción antígeno anticuerpos que ocasionen incompatibilidad entre el receptor y el órgano trasplantado, en Laboratorio de Histocompatibilidad se realizan estudios de Tipificación del HLA. Gracias a estos análisis, es posible emparejar al donante con los pacientes de mayor semejanza a nivel de HLA. Si deseas saber más sobre este tema, puedes leer nuestro artículo Histocompatibilidad: Pruebas preimplantacionales para trasplantes de órganos.  

Sin embargo, no existe una compatibilidad del 100%, por lo que siempre, en algún grado, el sistema inmune del huésped rechazará al injerto. Para ello se aplica la inmunomodulación.  

La inmunomodulación consiste en inducir al receptor a mantener un estado de inmunosupresión controlada empleando fármacos inmunosupresores.  

La inmunosupresión controlada debe procurar establecer un nivel de respuesta en el receptor que evite el rechazo. Pero a la vez, debe permitir que el sistema inmunitario del paciente responda ante infecciones que puedan afectar su salud y hacerlo susceptible a enfermedades.  

Panel de inmunosupresión para trasplante de órganos 

Este conjunto de pruebas tiene como propósito determinar la dosis del fármaco inmunosupresor en el organismo del paciente que permita garantizar la sobrevivencia del injerto. De esta manera, se evitará el exceso o carencia de respuesta inmune en el paciente. 

Los Inmunosupresores que se utilizan actualmente y que se determinan en sangre son los siguientes: 

  • Tacrolimús: Se trata de un inmunosupresor que limita la activación de los linfocitos T y las citoquinas, las cuales son sustancias producidas por las células inmunitarias que favorecen la respuesta inmunitaria.   
  • Ciclosporina: Es un inmunosupresor empleado para reducir la activación de los linfocitos T y B. Se emplea en el caso de trasplante de piel, corazón, riñón, pulmón, páncreas, médula ósea e intestino.  
  • Sirolimús: Inmunosupresor que Inhibe la activación de linfocitos T. Es gradual. Se puede emplear en combinación con la ciclosporina y está dirigido principalmente para trasplante renal, cardiaco o intestinal.  

La determinación exacta de los Inmunosupresores presentes en sangre es importante. En caso de errores, un nivel muy elevado de inmunosupresores debilita innecesariamente la respuesta inmunitaria del paciente frente a enfermedades. Por otro lado, un nivel muy bajo de inmunosupresión podría significar que el órgano trasplantado sufra daños, ocasionando el rechazo del trasplante.

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