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La realidad de la donación de órganos en el Perú

Busquemos promover una cultura de donación en nuestro país para incrementar la base de donantes de órganos. De esta manera, los pacientes con enfermedades terminales que requieran trasplantes tendrán la oportunidad de seguir viviendo.

En nuestro país se iniciaron los trasplantes de órganos exitosamente en 1969 y la primera práctica de trasplante de corazón se realizó en marzo de 1972. Actualmente, gracias al desarrollo de la tecnología y las especialidades médicas, los pacientes cuentan con tratamientos modernos que les permiten tener acceso a los trasplantes como una alternativa de tratamiento a enfermedades terminales y así mejorar su calidad de vida.

Sin embargo, el avance de la cultura de donación en el Perú no ha tenido un impacto sostenido en nuestra población. En el 2017, la DIGDOT (Dirección General de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre), comprobó que, lamentablemente, “existían 883 pacientes en lista de espera para trasplante renal, y que en promedio se trasplantan 120 pacientes por año”.

Según estos datos, nuestro país se encuentra en la última posición de los países de Sudamérica, con un promedio de 4 trasplantes por millón de habitantes al año 2019, siendo la cifra más baja en comparación con otros países como Brasil, Chile, Argentina, Estados Unidos y España.

Si bien, como evidenció el MINSA (Ministerio de Salud), la cifra de la negativa familiar respecto a la donación de órganos de sus familiares descendió de un 76% al 56%; en la actualidad, se conoce que el número de donantes por millón de habitantes bajará, pasando de 2 en el 2019 a solo 0.5 en el 2020.

Asimismo, en el informe de la DIGDOT se muestra que a febrero de 2021, solo se contó con un registro de 7,305 pacientes en espera de recibir un trasplante de órgano en todo el Perú. El órgano con mayor demanda es el riñón, que cuenta con 943 solicitudes, mientras que las córneas, que cuentan con 6,343 solicitudes, son el tejido más requerido. Junto a estos datos, el Informe expresa lo siguiente:

“Durante el 2020, con una estimación de la Población según INEI 2020 de: 32, 625, 948 habitantes se obtuvo una tasa de 0.5 donantes P.M.H., lo que equivale a un total de 17 donantes. Cabe señalar que la tasa de donación propuesta para ese año fue de 6 donantes por millón de habitantes”.


Los datos arrojados por este Informe son graves y alarmantes. Sobre todo, lo que más preocupa es la falta de donantes que tiene el Perú. En comparación con nuestra región, también es una cifra que no cubre la demanda que existe y constituye una oportunidad para establecer la necesidad de discutir y emprender políticas públicas específicas para mejorar, promocionar e incrementar la cantidad de donaciones de órganos y tejidos.

Para ello se recomienda una serie de buenas prácticas que podríamos implementar, tales como: Brindar Acceso universal a servicios de salud para los peruanos, así como dotar de infraestructura y equipamiento para trasplantes y almacenamiento de órganos y tejidos a nivel nacional y de manera descentralizada. Otras prácticas que ayudarían con el objetivo es implementar estrategias y acciones comunicativas de concientización y desmitificación de la donación de órganos; así como brindar mecanismos de incentivos para que la población exprese voluntariamente su interés en ser donantes de órganos y tejidos. Y, finalmente, simplificar los trámites administrativos, policiales, médicos, y modificar e instaurar un marco jurídico favorable al consentimiento presunto.

En este marco, existen mitos y creencias que le impiden al país progresar en una cultura de donación de órganos. Estos mitos están infundados y los especialistas nos los aclaran:

  1. “Si soy donante de órganos, los médicos no se van a esforzar tanto para salvar mi vida”: Los médicos tienen la misión y obligación de salvar la vida de una persona hasta el final.
  2. “Probablemente yo no esté realmente muerto cuando firmen mi certificado de defunción”: Para determinar la muerte cerebral se sigue un procedimiento escrito de certificación que no depende de un solo médico, sino de todo un equipo que verifica la ocurrencia de la muerte cerebral de la persona.
  3. “La donación de órganos va en contra de mi fe religiosa”: Actualmente la mayoría de religiones aceptan la donación de órganos. Según el Papa Francisco, “la donación de órganos no es solo un acto de responsabilidad social, sino también una expresión de la fraternidad universal que une a todos los hombres y mujeres”.
  4. “Los donantes de órganos no pueden tener un funeral con el ataúd abierto”: El cuerpo de los donantes de órganos es tratado con cuidado y respeto. Por lo tanto, el proceso de donación que se lleva a cabo no afecta los preparativos del funeral.
  5. “No tengo buena salud, así que mis órganos no les van a ser útiles a nadie”: Dependiendo de la enfermedad que se padezca, es posible que no se puedan donar algunos órganos, pero otros sí pueden ser aptos.

Cabe resaltar que, con fecha 24/01/2024 La Ley N.º 31756, que promueve la donación de órganos y tejidos humanos para trasplante con fines terapéuticos, establece que todo ciudadano peruano será donante de órganos y tejidos humanos, salvo declaración contraria.